Página:Eneida - Tomo I (1905).pdf/68

Esta página no ha sido corregida
34
VIRGILIO.
XCIX.

Ya á las puertas la Reina se presenta
De do la Diosa estableció morada,
Y en el trono magnífico se asienta
Que el ámbito promedia de la arcada:
Rodéanla sus guardias: ella, atenta,
En dar la ley y hacer la paz se agrada;
Y ya á cada uno igual la carga mide,
Ya, echando suertes, la labor divide.

C.

Mas entre inmensa multitud, que en esto
Ansiosa al paso acude, al templo santo
Ha columbrado Enéas que Sergesto
Y Anteo viene, con el gran Cloanto,
Y otros que oscuro el Ábrego interpuesto
Lanzó á playas distintas. Con espanto
Entremezclado de alborozo vivo,
Ven los dos del embozo el fausto arribo.

CI.

Y aunque las manos estrechar anhelan,
Mas lo raro del caso los detiene,
Y en la cóncava nube se cautelan,
Do á los que llegan atender conviene,
Que dó surgieron digan, ó qué apelan,
Pues embajada forman en que viene
De cada nave un noble personaje,
Y audiencia al paso claman y hospedaje.