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ENEIDA.
XC.

«¡Acátes! ¿qué region, de nuestra fama
No hay ya en el mundo, ó nuestros hechos, llena?
Mira á Príamo: aquí la gloria llama
Al que allá injusta adversidad condena:
El sentimiento aquí llantos derrama,
Y aquí se siente en la desgracia ajena!
Animo, pues; nuestro renombre claro
Presta esperanzas de feliz reparo.»

XCI.

Dice, y con mil recuerdos embebece
En la inerte pintura los sentidos,
Y mudo llanto el rostro le humedece;
Que en ella, muro afuera, en lid tejidos,
Ya la troyana juventud parece,
Que á los Griegos acosa despavoridos;
Ya á los Frigios, Aquíles, que bizarro
Con plumaje gentil vuela en su carro.

XCII.

Reconoce con lágrimas, tras eso,
Las tiendas, con sus lonas cual de nieve,
Que Diomédes taló, vendido Reso
Del primer sueño en el regazo aleve:
Allí el cruel en sanguinario exceso
Huelga; y medroso de que alguno pruebe
Pastos de Troya ó en el Janto beba,
Los caballos indómitos se lleva.