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VIRGILIO.
LXIX.

»Busca auxiliares; llegan á porfía
Quiénes que temen del cruel tirano,
Quiénes que odian la infame tiranía;
Apañan, cargan de oro las que á mano
Naves dispuestas por ventura habia;
Y ya cruza los campos de Oceano
De Pigmalion avaro la riqueza;
Y una débil mujer va á la cabeza.

LXX.

»Y aquí al sitio pararon do ahora vese
Muralla colosal; do se levanta
La fortaleza de Cartago: en ese
Sitio compraron tanta tierra cuanta
La piel de un buey en derredor cogiese;—
De Brisa el nombre la aventura canta.—
Mas ¿quiénes sois? ¿de dónde vuestra flota,
Ó á dónde encaminaba la derrota?»

LXXI.

Enéas respondiéndola, doliente
La voz arranca, y con suspiro dice:
«¡Diosa! si de su orígen al presente
La serie de mis lances infelice
Narro á tu corazon condescendiente,
Primero que mi labio finalice,
Su luz robando al mundo y su alegría
Habrá su giro completado el dia.