»Azucenas me dad con mano larga;
Que, á ilustre nieto fáciles honores,
Cortos alivios de esparanza amarga,
Quiero esparcir sobre su frente flores.»
Dice, y la voz en lágrimas se embarga.
Tal los campos hollando encantadores
En que benigna luz mágica oscila,
Míranlo todo el héroe y la Sibila.
Y luégo que hubo el padre al hijo atento
Aventuras y sitios explicado,
Avivando en su pecho el patrio aliento
Y ambicion santa de futuro estado,
Nuevas guerras le anuncia, de Laurento
Pueblos y muros do le cita el hado:
Y maneras le enseña como eluda
Ya caso extraño, ya fatiga ruda.
Allá en confines de misterio eterno
El Sueño volador tiene dos puertas,
Una de albo marfil, otra de cuerno,
A ensueños varios á la vez abiertas.
Transitan la primera, del Averno
Fábricas de ilusion, sombras inciertas;
Las visiones é imágenes reales
Cruzan de la segunda los umbrales.