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ENEIDA.
CXLI.

Marca el troyano Rey con el arado
De la ciudad el ámbito; sortea
Los solares del campo rodeado
Para edificios, y esto manda sea
Troya, y eso Ilïon. Alborozado,
Cordial troyano, Acéstes, á la idea
Del nuevo reino, tribunal y plaza
Designa, y al Senado fueros traza.

CXLII.

Luégo á Vénus Idalia, venerada
De su pueblo, en el vértice Ericino
Dedica, por pacífica morada,
Un templo de los astros convecino:
De Anquíses al sepulcro hace se añada
Culto, y ministro, y bosque peregrino;
Y banquetes ordena, y alegrías,
Y piadosos oficios nueve dias.

CXLIII.

Ya llegaba el momento: el Austro insiste
Convidando á la mar blanda y serena:
Alzase lloro femenil, y triste
La corva playa con lamentos suena:
En el abrazo último resiste
Amor á desatar dulce cadena:
Las madres mismas que la mar temian,
Ni áun la osaban nombrar, partir querrian.