»Mal pudiera ignorar que sospechosas
Tú de Cartago las mansiones hallas;
Yo sé que en tus recelos no reposas
Cuando ves de Cartago las murallas.
Mas ¿no habrá fin á tan acerbas cosas?
¿Siempre hemos de reñir duras batallas?
Justo es ya que finquemos, si te place,
Eterna paz en venturoso enlace.
»Cuanto pudo halagar tu fantasía,
Todo lo tienes á sabor cumplido:
Dido muere de amor: la llama impía
Cala y consume el corazon de Dido.
Que esta nacion rijamos tuya y mia
Con igual potestad, es lo que pido:
Dido al Troyano obedecer se vea;
Dote fiada á ti Cartago sea.»
Vénus, cual si no hubiese en sus razones
La mira penetrado traicionera
De llevar á las líbicas regiones
El reinado feliz que á Italia espera,
«Acojo,» respondió «lo que propones;
Que en vez de ello altercar, demencia fuera:
Falta sólo que el vínculo que dices
Efectos logre, cual prevés, felices.