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VIRGILIO.
XCIX.

»El velámen cogiendo incontinente
Damos fondo á las proras. Arqueado
El puerto á impulsos de oriental corriente,
Le oculta y ciñe natural vallado.
Yertos escollos guárdanle de frente
Que azota encanecido el mar salado;
Y como á entrar el leño se aproxima,
Semeja huir la consagrada cima.

C.

»Cuatro potros vi allí, primer agüero,
Níveos rozando la menuda grama;
A cuya vista, «¡Oh suelo forastero!
»Tu hospedaje es de guerra,» Anquíses clama:
«¡Guerras ama el corcel; nuncio es guerrero!
»Mas tambien el corcel los juegos ama;
»Tiempo há que, dócil copia, carros tira;
»El presagio, á esta cuenta, paz respira.»

CI.

»Pálas, la diosa de armas resonantes,
Fué, á quien gracias rendimos, la primera
Que allí Troyanos hospedó triunfantes:
Con la púrpura frigia, en su ribera,
Cubrimos ante el ara los semblantes;
Y, lo que Heleno tanto encareciera,
Con pompa ritüal á Juno argiva
Hicimos sacrificio y rogativa.