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ENEIDA.
CXX.

»Torna, torna á mirar: Pálas cruenta
»Ya los altos alcázares domina.
»Y envuelta en nimbo centelloso, ostenta
»La terrible cabeza serpentina.
»A los Dánaos el Padre mismo alienta,
»El Padre universal, y en la divina
»Legion contra tu Patria iras enciende.
»Tu el hierro envaina, pues; la fuga emprende.

CXXI.

»Nada temas: tu planta irá segura
»De la paterna casa á los umbrales;
»¡Contigo soy!» Y bajo sombra oscura
Encubrióse, al decir palabras tales.
Entónces la terrífica figura
Vi de adversas deidades colosales;
La hoguera vi donde Ilïon se abrasa;
Y Troya conmovida por su basa,

CXXII.

»Cual viejo fresno que la ufana frente
Señorease sobre el monte enántes,
Y hora en redor la campesina gente
Le diese al tronco hachazos incesantes;
Que la alta copa temerosamente
Estremece á los golpes resonantes,
Y amenaza, y restalla, y de la cumbre
Desploma con fragor su pesadumbre.