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ENEIDA.
LXXII.

»Mas no toda la sangre que se vierte
Sangre es troyana. Amenazante aviva
Tal vez el ántes abatido; inerte
El vencedor en tanto se derriba.
Igual á entrambas partes la ímpia suerte
Terror, desolacion sembrando iba
Por acá y por allá: la muerte toma
Miles semblantes, y doquier se asoma.

LXXIII.

»Al paso Andrógeo nos salió el primero
Con gente mucha entre la sombra espesa,
Y creyéndonos suyos, delantero,
«Amigos,» dice, «¿qué indolencia es ésa?
»¡Apresurad! Cuando Ilïon entero
»Es ya ceniza y dividida presa
»Al ímpetu feliz de nuestras tropas,
»¿Vos apénas dejais las altas popas?»

LXXIV.

»Haber caido entre enemiga gente
Nuestra respuesta adviértele indecisa,
Y cortando el discurso de repente,
Arredra el pié con azorada prisa;
Bien cual trémulo salta el que serpiente
Inesperada entre malezas pisa,
Que se le vuelve enfurecida de ello
Y enhiesta ensancha el azulino cuello.