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ENEIDA.


CLXV.

«Llegamos ya al final. En mar, en tierra
A los Troyanos agitar pudiste,
Te fué dado mover infanda guerra,
Yalta casa afligir, y en duelo triste
Envolver régia boda. El paso hoy cierra
Mi mano á nuevas cóleras;—desiste!»
Esto Júpiter dijo; reverente
Juno así respondió, baja la frente:

CLXVI.

«¡Ah! bien conozco, real esposo mio,
Tu augusta voluntad: á ella me entrego,
Yde Turno y del suelo me desvío.
Sin eso, no en cruel desasosiego
Aquí me hallaras en el éter frio
Sufriendo solitaria: armada en fuego,
En medio del combate, las hileras
Del enemigo provocar me vieras!

CLXVII.

»Yo á Yuturna, es verdad, di aliento y mano
Para salvar á Turno de inminente
Golpe; no ya para que el arco insano
Tendiese. Te lo juro por la fuente
Inaplacable del Estigio hermano
(Rito, único entre todos, que imponente
A los Dioses obliga). Y ahora cejo,
Yfatigada asaz las guerras dejo.