Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/394

Esta página no ha sido corregida
336
[640
VIRGILIO.


CXXXII.

»Por no mirar nuestro baldon inulto
Presa en miembros y en armas cayó Ufente,
¿Y hora entregados á feroz tumulto
Nuestros hogares sufriré paciente?
¡Ah! ¡nos faltaba este postrero insulto!
¿Y á la furia de Dránces maldiciente
No podré contestar con mis hazañas?
¿Espaldas volveré? ¿Y estas campañas

CXXXIII.

«Contemplarán á Turno fugitivo?
¡Qué! ¿el morir es odioso á tanto grado?
Si de supernos Dioses no recibo
Ni piedad ni justicia, con agrado
Mi ruego, ¡oh Manes! acoged votivo:
No indigno de altos padres, consagrado
Mi espíritu desciende á vuestro limen,
Puro, sí, puro de afrentoso crimen!»

CXXXIV.

No bien en estas voces prorumpiera
Cuando venir vió á Sáces, ve su boca
Que reciente flechazo dilacera:
Su espumante bridon, que apénas toca
El campo hostil, lo rompe hilera á hilera;
Mas él desaforado á Turno invoca:
«¡Turno, última esperanza en nuestros males,
Habe ya compasion de tus parciales!