Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/353

Esta página no ha sido corregida
37]
295
ENEIDA.


IX.

»¡Ay! ¿á qué instable acuerdos tomo y mudo?
¿Qué demencia me impele y me desvía?
¿Por qué la guerra á suspender no acudo
De una vez, vivo tú, si, muerto, habria
De atar con ellos amistoso nudo?
Ser no puede mi suerte tan impía
Que, porque mi hija y sociedad me pides,
A exponerte me fuerce á horrendas lides!

X.

»Los consanguíneos Rútulos ¿qué hubieran
De decir? ¿qué la Italia toda?... ¡Mira
Los altibajos que al que lidia esperan!...
¿Piedad tu viejo padre no te inspira
Si pesares su término aceleran?
En Ardea, ausente tú, por ti suspira!»
Habló. Turno á razones no se inclina;
Es estímulo al mal la medicina.

XI.

Insiste en sus propósitos; y luégo
Que pudo desatar la voz, turbado
De aquel furor inexorable y ciego,
«¡Monarca venerable! ese cuidado
Que tomas,» dice, «por mi bien, te ruego
Te dignes por mi bien echarle á un lado;
¡Permite que áun á costa de mi vida
Conquiste yo la gloria apetecida!