Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/338

Esta página no ha sido corregida
280
[746
VIRGILIO.


CLIII.

Vuela, armado llevándose un guerrero,
Flamígero Tarcon por la llanura;
Y tróncale lalanza, y va ligero
Resquicios requiriendo á la armadura
Por do llegue de muerte al prisionero.
Mas éste rebelándose procura
Apartar de su cuello la amenaza,
Fuerza opone y la fuerza hostil rechaza.

CLIV.

Como al dragon que se arrastraba en tierra
Fiera arrebata un águila rojiza,
Y vuela en alto, y con los piés le aferra,
Y las sangrientas garras encarniza:
Llagado el monstruo se retuerce, y cierra
Las nudíferas roscas, y se eriza
Con rígidas escamas, y su boca
Silba, y erguido á su opresor provoca;

CLV.

El ave en tanto de afligir no cesa
Con corvo pico á la hidra reluchante,
Y el aire con las alas bate ilesa:
Arrancando con ímpetu triunfante
Del tiburtino campo, así su presa
El tirreno Tarcon lleva delante.
Movidos de su ejemplo y suerte buena
Tornan los Lidios á la ardiente arena.