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ENEIDA.


CL.

Por sus nombres ya á aquél, ya á éste apellida,
Y el desigual combate restablece.
«¡Tirrenos sin pudor! ¿qué os intimida?
¿Nunca será que á demostrarse empiece
Nuestro viejo furor? Que de vencida
Os lleve una mujer ¿no os enrojece?
Si para huir vinisteis, compañeros,
¿A qué empuñar inútiles aceros?

CLI.

»No así de Vénus combatir os cuesta
En la nocturna lid. ¡Cuán de otro modo
Saltais de Baco en la ruidosa fiesta
Al són de corva flauta! ¡Id—si ese es todo
Vuestro placer, si vuestra gloria es ésta—
Rondad las mesas del festin beodo,
Miéntras bien el augur os pronostica,
Y os llama al alto bosque la hostia rica!»

CLII.

Dijo así, y á morir con gloria atento,
Pica el caballo, en el tropel se lanza,
Y á Vénulo arremete turbulento:
Con poderosa diestra le afianza,
Y, arrancando al jinete de su asiento,
Abrázale ante sí con gran pujanza. Vuela.
Gritos de asombro el aire hienden,
Y allá, todos allá la vista tienden.