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VIRGILIO.


CXLVII.

«¡Falso ligur! en vano el triunfo cantas
De las perfidias que aprendiste! en vano
Soberbio esperas que artimañas tantas
A tu padre falaz te vuelvan sano!»
Dijo la virgen; con aladas plantas
Pasa, cual rayo, al fugitivo, y mano,
Delante del caballo que volaba,
Al freno pone, y del jinete traba.

CXLVIII.

Y allí en la sangre de él venganza torna,
Con la facilidad con que en el cielo,
Desde alto pico abalanzado, asoma,
Ave sagrada, el gavilan, y á vuelo
Alcance da á la tímida paloma
Sobre las nubes: cae la sangre al suelo,
Miéntras él las rapantes uñas ceba,
Y las plumas que arranca, el viento lleva.

CXLIX.

No con ojos en tanto indiferentes,
Sentado en alto en el Olimpo, mira
Trabados en la lid los combatientes
El Padre universal; y á nueva ira
Mueve á Tarcon, que en ímpetus furentes
Arde, á caballo entre el estrago gira,
Y viéndolas cejar, habla á sus bandas
En voces ora fieras y ora blandas,