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ENEIDA.


CXXXVIII.

Luégo á Líris embiste y á Pagaso
Aquél, miéntras la brida asir pretende,
Con su troton cayendo; estotro, al paso
Que acude, y al caido amigo tiende
La inerme diestra, en súbito fracaso
Ruedan: sobre ambos á la par desciende
Golpe mortal. Camila con su lanza
A Amastro, hijo de Hipota, en pos alcanza.

CXXXIX.

Tendiendo todo el cuerpo, amaga, estrecha
A Harpálico en seguida y á Tereo,
Y á Cromo y Demofonte. Cuanta flecha
Ella envía, obediente á su deseo
Mata un Frigio, ya á izquierda, ya á derecha.
Allá léjos en tanto á Órnito veo
En su caballo yápigo de caza
Moverse, armado en desusada traza.

CXL.

Cubre sus anchos hombros recio cuero
De novillo: encajadas las ingentes
Fauces de un lobo, nuevo aspecto y fiero,
Con las quijadas y albicantes dientes,
Dan á su rostro. Un esparon grosero
Menea. Entre los otros combatientes
Revuélvese, y á todos su cabeza
Sobra, abultada de animal fiereza.