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VIRGILIO.


CXI.

»Ni afecto es nuevo el que Diana abriga
Y así á dulzura singular la mueve.
A su hija tierna de Priverno antiga
Sacó, huyendo el furor de airada plebe,
El tirano Metabo: amor le obliga
A que por medio del tropel la lleve
Consigo; y alterando de Casmila,
Su madre, el nombre, la llamó Camila.

CXII.

«El destronado Rey por compañera
En su destierro la llevó consigo:
Conduciéndola en brazos va doquiera;
Con ella de agrios montes sin abrigo
Las yertas cimas prófugo supera.
Le estrecha en torno armado el enemigo:
Recorriendo los Volscos la campaña
Por víctima le buscan de su saña.

CXIII.

«Hé aquí que en medio de su fuga un dia
A la márgen llegó del Amaseno:
El agua rebosaba; tanta habia
Caido en recia lluvia. El turbio seno
Quiso á nado pasar; mas, ¡ay! temia
Por su carga preciosa: de afan lleno
Todo á un tiempo lo piensa, y de repente
Osado arbitrio avasalló su mente.