Madres allí, ternísimas hermanas,
Y huérfanos y viudas la homicida
Guerra maldicen en querellas vanas,
Y la boda de Turno prometida:
Que las armas él solo empuñe insanas,
Que él solo, exclaman, con las armas pida
El imperio de Italia y la corona,
Y los sumos honores que ambiciona!
De las hembras dolientes el dictámen
Fiero apoyando Dránces, acredita
Que á Turno emplaza á singular certámen
El Troyano, y á solo Turno cita.
Parciales hay tambien que á Turno aclamen,
Ya abogando por él, ya en ronca grita:
Con cien trofeos triunfador le nombra
Voz popular; le da la Reina sombra.
En medio á tan ardientes altercados,
De vuelta de Argiripa floreciente
Veis aquí sepresentan los legados
Que allá marcharon; y, con triste frente,
Que tan grandes trabajos empleados
Empeño fueron, dicen, impotente:
Nada han valido con el jefe griego
Dádivas, oro, ni apremiante ruego.