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LIBRO UNDÉCIMO.


I.

En este medio alzándose la Aurora
Del Oceano las regiones deja.
Enéas, aunque el ánsia le devora,
Con que á dar sepultura se apareja
A sus aliados, y consigo llora,
Y el dolor de las pérdidas le aqueja;
Sus votos, vencedor, cumple primero,
Con el albor del matinal lucero.

II.

Cúmplelos; y en la cima de un collado
Hace hincar luégo una robusta encina,
Habiéndola de ramas desnudado;
En ella la armadura diamantina
De Mezencio pondrá: trofeo alzado
Al Dios que en guerras triunfador domina.
Ya le acomoda el yelmo, ya la cota,
Por doce partes perforada y rota.