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VIRGILIO.


CXXXV.

Dijo, y de lo alto se lanzó del cielo
Moviendo tempestoso torbellino,
Cubierta en torno de nimboso velo:
A las haces troyanas y al latino
Campamento encamina recto el vuelo;
Luégo, á imágen de Enéas (¡oh divino
Prodigio!), de sutil vapor su mano
Un espectro fabrica hueco y vano.

CXXXVI.

Y de imitado arnes y falso escudo
Reviste á aquel fantasma; de la hadada
Cabeza del Troyano el penachudo
Morrion le finge, y la dardania espada;
Voz vana, acento de intencion desnudo
Le da, y remedo de viril pisada;
Cual soñada vision, ó aparecida,
Que se alza, dicen, al faltar la vida.

CXXXVII.

Ya el fingido guerrero sale á plaza,
Y acicalado á vista gallardea
De las primeras filas, y amenaza
Al contrario, y le llama á la pelea.
Encárasele Turno, y desembraza
Desde léjos la lanza que blandea,
Silbante: la fantástica figura
Vuelve la espalda y huye con presura.