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ENEIDA.


CXIV.

«Libre herede tu prole, de oro y plata
Ese caudal que tu palacio encierra;
Turno, muertoPalante, el fuero mata
De los pactos y trueques de la guerra.
Esta es al padre, ésta es al hijo grata
Sentencia.)» Dice; con la izquierda aferra
El yelmo, y hasta el puño en la doblada
Cerviz del suplicante hunde la espada.

CXV.

Ved al hijo de Hemon que se avecina,
Sacerdote de Febo y de Diana:
Honra sus sienes la ínfula divina,
Y todo él resplandece, de galana
Ropa cubierto y de armadura fina.
Cierra Enéas con él, con furia insana
Le echa á tierra, y sobre él se regocija,
Y con sombra de muerte le cobija.

CXVI.

Recogeen hombros el soberbio arreo
Seresto: á tí, que el campo en sangre bañas,
Alzarle ha, rey Gradivo, por trofeo.
Ya en contra veo á Umbron (que las montañas
De los Marsos dejó), con él ya veo
Restablecer la lid con sus hazañas
A Céculo, hijo ardiente de Vulcano.
A ellos se lanza el adalid troyano.