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VIRGILIO.


LXXVI.

Sigue Clauso, y en modo vário atierra
Tres Tracios, de la estirpe enaltecida
De Bóreas; y otros tantos que á la guerra
Enviaron el padre de ellos, Ida,
E Ísmara su patria. Haleso cierra,
Y cierran los Auruncos en seguida,
Y Mesapo, aquel hijo de Neptuno,
En caballos insigne cual ninguno.

LXXVI.

Cada uno á su adversario al mar cercano
Lanzar intenta con ardiente brío:
Confin de Ausonia aquel humilde llano
Fué cerrado palenque al desafío,
Donde latino ejército y troyano
Disputan de la tierra el señorío:
Ya en pugna cada vez más densa y brava,
Brazo con brazo, pié con pié se traba.

LXXVII.

No de otra suerte en la region vacía
En desapoderado afan los vientos
Alzan tal vez descomunal porfía
Con fuerza igual de opuestos movimientos;
Y ni los nublos ni la mar bravia,
Ni entre sí los contrarios elementos
Ceden: larga es la lid, y en fiel persiste;
Todo, en conflicto universal, resiste.