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ENEIDA.


LXXII.

Voló el hierro que el héroe desembraza,
Y el escudo á Meon y la loriga
Atraviesa, y su pecho despedaza.
Acudiendo Alcanor con diestra amiga,
Al hermano al caer sostiene, abraza.
Mas su ímpetu furioso no mitiga
El asta, y sanguinosa en su carrera
Pasa el brazo á Alcanor, y áun sale afuera.

LXXIII.

Quedóle al infeliz pendiente y flaca,
Mal atada á los músculos, la mano.
Acude entónces Numitor, y saca
Del lacerado cuerpo del hermano
El venablo de Enéas, con que ataca
A Enéas mismo. Fué su arrojo en vano;
Que sólo á rasguñar un muslo alcanza
Al grande Acátes la sesgada lanza.

LXXIV.

De Cúres con los suyos Clauso vino
Presumido en su edad y lozanía.
Rígida lanza este adalid sabino
Desde léjos á Dríopes envía:
Bajo la barba abriendo hondo camino
Entra ella, y vida y voz róbale impía:
Su rostro enmudecido el suelo besa,
Y sangre de su boca mana espesa.