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VIRGILIO.


CXX.

A Priverno quitó Capis la vida.
Habíale primero rasguñado
Temílas con su lanza. Él, que á la herida
Fué la mano á llevar, desacordado
Tira el escudo. En alas conducida
Vino una flecha, y al izquierdo lado
Clava su mano, entra, la entraña hiere
Que aire recibe y da, y el triste muere.

CXXI.

Arcencio, el de figura señalada,
Allí, de ibera púrpura luciente,
Su rico arnes y clámide bordada
Mostraba. (Le envió su padre Arcente
De la selva á la madre consagrada,
Do le criara, á par de la corriente
Del Simeto, que ve en ofrendas rico
El altar propiciable de Palico.)

CXXII.

Así como tan bellas galas mira,
Dardos suelta Mezencio, honda estridentes
Toma, y tres veces la sacude y gira
En torno á su cabeza, y al de Arcente
Encaminando la amenaza tira
Bala, forjada ya de plomo ardiente,
Y ambas sienes le pasa, y de la almena
Le hace caer á la tendida arena.