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VIRGILIO.


CVIII.

Ostentando á su vez Mezencio insano
Su catadura amenazante y fea,
Viene por otra parte, y en su mano
Etrusco pino tenebroso humea.
Mesapo, prole de Neptuno, ufano
Porque indómitos potros señorea,
El vallado tambien romper decide
Y escalas ya para los muros pide.

CIX.

¡Oh Calíope! ¡oh Musas celestiales!
¡Inspirad al cantor! Cuántos encierra
Estragos ese campo funerales,
Decid; á quiénes Turno echó por tierra,
Y otros á otros tambien, cuáles á cuáles;
Desenrollad el libro de la guerra,
Y mi vista contemple aquellos hombres:
¡Vosotros los sabeis, decid susnombres!

CX.

Con arduos puentes á asombrosa altura
En oportuno sitio al aire vano
Erguíase una torre. Se conjura
A embestirla el ejército italiano
Con extremado alarde de bravura.
En agolpados grupos el Troyano
Defiéndela con piedras, y á porfía
Por troneras abajo armas envía: