Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/167

Esta página no ha sido corregida
10]
109
ENEIDA.


III.

»Y áun más: en las etruscas poblaciones
Penetra, incita la nacion tirrena,
Levas hace de rústicos peones.
Corta demoras tú: sazon es buena
Para armar carros, para uncir trotones;
¡Vé, y su campo turbado desordena!»
Dice, y huyendo con parejas alas,
Entre nubes de su arco abre las galas.

IV.

Conocióla el mancebo, tiende iguales
Las manos á la virgen, y en su vuelo
Léjos la sigue con palabras tales:
«¡Iris, nuncia gentil, joya del cielo!
¿Quién así de los cercos siderales
Envuelta en nubes te redujo al suelo?
¿Qué imprevista estacion? ¿qué cambio es éste?
Aléjase la bóveda celeste,

V.

»Y en el éter erráticas estrellas, Contemplo.
Ya el belísono mandato
Que con agüero de esplendores sellas,
Quienquier tú fueres, obediente acato.»
Dice, á las aguas se encamina, y de ellas
Toma en las palmas, y álos Dioses grato
Sus nombres invocando muchas veces,
Hinche la esfera de devotas preces.