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LIBRO OCTAVO.
I.
Así que de la guerra el estandarte
Turno en su alcázar tremoló en Laurento,
Y con ronca trompeta á toda parte
El alarma llevó, y en movimiento
Sus potros puso y el tropel de Marte,
Los ánimos se turban al momento,
Todo el Lacio á su voz tiembla y le imita,
Toda la juventud arde y se agita.
II.
Por sumos jefes van Mesapo, Ufente,
Y aquel que de los Dioses se reía
Mezencio audaz: de agricultora gente
La campaña doquier dejan vacía,
Recursos rebatando. Incontinente
A Vénulo sagaz allá se envía
Do el gran Diomédes asentó su corte,
Que anuncios lleve y de él favor reporte.