Página:Encuesta feminista argentina.djvu/87

Esta página no ha sido corregida

Encuesta FEMINISTA ARGENTINA

ASOCIACION PRO DERECHOS DE LA MUJER Buenos Aires, Febrero 21 de 1919.

Scñor Presidente del Partido. Señor:

Se ha producido un movimiento de opinión del que ha na- cido, libre de sectarismos de clases, ni políticos, ni religiosos, la Asociación “Pro-Derechos de la Mujer”, cuya finalidad es reivindicar para ella la plenitud de los derechos civiles, polí- ticos y económicos, al igual que el hombre.

Esta conquista hu sido ya obtenida en los paíscs más cul- tos de Europa y en la América del Norte, En el Uruguay se le kan acordado sensibles mejoras y no tardará en concedér- sele todas las reformas que solicita.

¿ Quedaríamos nosotras como las eenicientas del cuento?

Por desgracia, nuestros hombres de conciencia, pensamien- to y acción, ¿no ereerán que es llegado el tiempo de remover prejuicios, reñidos con la ciencia y el progreso, de subsanar errores, de enmendar injusticias, de aunar fuerzas útiles a las ya existentes, de beneficiar las Instituciones y el progreso del país con el aporte de una mayor suma de sanas encrgías?

Frente al problema social que entraña nuestro programa, ¿cuál será la actitud del Partido que usted preside?

¿Su electora nos crearía un ambiente hostil, indiferente o favorable?

No esperamos la indifereneia en los momentos actuales, dada la trascendencia de la evolución que perseguimos, por- que el papel de esfinge no cuadra a los partidos en lucha, que tienen la conciencia de sus actos y el valor de sus opiniones.

¿Será la hostilidad? Con pena la veríamos llegar, pues ella nos demostraría que el programa de justicia y de progreso que flamea como bandera del partido, no ha sido confeccionado teniendo en cuenta que en esta tierra hay mujeres que aquí han nacido, que aman su patria y desean su grandeza, que para ella trabajan y luchan, que piensan, sufren y esperan que al fin sonará la hora de la redención y la justicia.

¿Será su acogida favorable? Lo desearíamos, haciendo ho- nor a los sentimientos de nuestros compatriotas, que tan entu- siastas han aplaudido la justitia de que fueran objeto las mu- jeres inglesas, francesas y norteamericanas y que no podrían ser menos hidalgos cuando se trata de compatriotas que soli-



— 83 —