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LMINISTA ARGE:


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del más fuerte, y si los seres no alcanzarán nunca el grado de cultura suficiente para que sólo brille la grandeza, la sobe- rana ley del derecho.

Hemos estado aprestando nuestras armas en previsión de una lucha, eligiendo entre todas la más poderosa, la que abre todos los caminos; la instrueción. Arma que, rudimentaria pu- so en nuestras manos el genio del inmortal Sarmiento, en for- ma de su simpática cartilla, a la que hemos añadido el variado y completo arsenal que nos suministra la ciencia moderna, para llegar a pertrecharnos en días no lejanos tan amplia, tan sóli- damente como le es dado hacerlo al hombre.

Hemos respondido siempre con el sileneio a todos los ata- ques de los llamados sabios y sensatos; pero si esos grandes filósofos hubieran podido ver los millares de rostros inteligen- tes animados ante sus teorías por una sonrisa de desprecio, se hubieran sentido humillados ante aquellas que pretendían em- pequeñecer.

Ha llegado la hora de la reacción, y la mujer viene aquí como en todas partes, a despertar con sus tranquilas protestas la dormida hidalguía del compañero, reclamándole la parte que le corresponde en el patrimonio que él ha usufructuado como dueño absoluto.

Nos hemos organizado; y si no forman parte de nuestro centro todas las que debían figurar en primera línea, es por- que entre nosotras, como entre los hombres, hay las luchadoras abnegadas que todo lo sacrifican y las exitistas, aquellas pusi- lánimes que no se atreven a correr los riesgos de un fracaso, los peligros de una campaña.

Es un consuelo pensar que en todas las grandes evolucio- nes pasa lo mismo: unos pocos obreros trabajan en demoler los obstáculos que los otros amontonan, pero al fin el bene- ficio es para toda la humanidad.

Además, para una asociación que se constituye recién, ni somos tan pocas ni estamos tan solas. Un respetable núcleo de hombres inteligentes y decididos marcha a nuestro lado, con- fundidos en una aspiración común”.

Desde el 4 de Encro hasta la fecha, este Centro ha realiza- do la siguiente tarea:

Ante todo, redacción de los Estatutos, los que se ha creído imprescindible preceder de un preámbulo que explique, con- cisa y claramente, la razón de la campaña, a los miles de se-