IA MUJER AS
muchos hijes. Algunos sólo sen machos y las otras hembras; no son ni Hombres ni Mujeres”.
Aunque la mujer goce algún día, no muy lejano, de igual- dad de derechos, siempre será distinta del hombre; es justa- mente esta diferencia que hará que sea su complemento.
Se pregona wna nueva era; no hay que forjarse ideales y creer que ésta se realiza a la vista, como una cinta einemato- gráfica; pasarán varios lustros, quizás se necesiten muchas dé- cadas para que surja y se estabilice realmente lo anhelado.
Creo firmemente que, al dar a la mujer todos los derechos que por ley natural le corresponden, se la eleva para ccupar el si- tio que siempre debía haber ocupado en la sociedad humana. Ella será el único instrumento capaz de realizar el que se en- tre realmente en una nueva era de igualdad y de amor.
Los hombres con su filosofía incompleta (pues sólo ven las cosas por su criterio de fuerza), han traído las divisiones so- ciales, todas las injusticias para saciar sus apetitos e instin- tos envilecidos. Las mujeres, por su instinto de madres y de hogar, con la nueva autoridad que les dará la igualdad de de- rechos, llegarán por el amor humanitario al equilibrio anhelado y necesario para una vida de felicidad a la que todos tienen derecho.
Se me objetará que las mujeres argentinas aún no están pre- paradas para estas ideas de derechos y libertades. Tampoco lo están todos los hombres, ni mucho menos para utilizarlo a buen fin; pero los tiempos aciuales pasan y la nueva generación, con nuevos derechos, se educará de acuerdo con éstos.
Repito, que el amor maternal preparado con nueves ideas, salvará al mundo de la senda de egoismo que engendró el fra- tricidio social actual.
Herminia L. de Roth.
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