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CUESTA FEMINISTA ARGENTINA OKA o a |

FEMINISMO Sr. Miguel J. Font,

Distinguido señor:

41 dar mi primer examen de Derecho, en 1879, sostuve — eso sí, más intuitiva que meditativamente, entonces — que debían concederse los derechos políticos a la mujer; aplaudí, en 1889 el paso dado por la primer mujer argentina que se graduó en nuestras universidades, la Dra. Grierson, distinguida profesora y filántropa; incorporó a la enseñanza, en el Colegio Nacional del Uruguay, a la mujer, como profesora y alumna, en 1892: la impuse y la sostuve como inspectora en el Consejo Nacional de Educación, en 1899, y pedí. por fin, para ella, en 1910, cen- tenario de nuestra emancipación política, que fuera designada miembro de esa corporación y de las similares en las provin- cias, así como de los consejos escolares. 'Tales son los oríge- nes personales de la siguiente síntesis, que repito eu esta nue- va oportunidad:

Igualdad espiritual e identidad de destino y, en consevuen- cia, de derechos y obligaciones en los dos sexos y los mismos deberes en la obra de bicnestar y progreso individual y eolec- tivo, fundan someramente mi voto respecto del sufragio fo- menino.

Con todos los inconvenientes del voto universal para el hom- bre, debe concederse el voto universal a la mujer, porque nin- gún instrumento se pule y adiestra sino mediante el ejercicio.

El voto y la educación son los dos instrumentos que nos con- ducirán a la ambicionada meta: la democracia, que es libertad y justicia.

¿Qué me cabe agregar que no haya quedado demostrado en la última guerra, que magnifica al gran conductor de la huma- nidad, el ideal abstracto y generoso que la llevará al paraíso de belleza y de bondad que le permita su imperfección? Sólo esto: insistir en la necesidad de que se amplíe y fortalezca la educa- ción que la mujer recibe para que, con la belleza y la bondad, florezea en ella la verdad común del perfeccionamiento. Y, puesto que la Revista que anuncia Vd. se propone ayudar al feminismo, que es credo hoy del mundo occidental, el más civi- lizado, y resplandeciente aurora de un porvenir tan iumediato




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