LA MUJER A A
que hará más propicia la circulación profusa y permanenie ae la Revista—cuanto para realizar después la labor adminis- trativa de las agencias que se establecerán en todas las loealida- dcs.—Sucesivamente, esos delegados y auxiliares serán de nados para realizar también Ja misma labor en las demás em presas periodísticas, literarias y sociales antes mencionad: que comprenderá el Programa de la Liga en proyecto. Como elemento de juicio que concurrirá a dar
sólidas a la Carta Orgánica que regirá los setos oficiales de aquellas Juntas políticas, publicaremos en breve, en un nneva libro que difundiremos con la misma amplitud que el presente, los juicios y observaciones de mayor antoridad que vaya mere- ciendo este nuevo ideal social y su organismo político en todos los países del Continente; de tal modo, que una y otro resul- ten, después, la más genuina expresión del pensamiento uni- versal.
Supnesta la idealidad de propósitos, ajena a teda ambición
personal, que anima a las feministas avanzadas en la predica-
ción de sus aspiraciones a los derechos políticos iguales al hom-
bre; y habiendo radicado hasta ahora esas aspiraciones ex
tremas en la indiferencia y egoísmo arbitrario que han venido
teniendo los hombres con respecto a sus legítimas reclama-
ciones de los derechos civiles, de una mayor elevación moral, in-
telectual y económica de su personalidad; cabe creer que se-
rán aquellas las primeras en reconocer la oportunidad que vie-
ne a brindarles la Liga en formación para ver realizada de in-
mediato sus justas aspiraciones.
¡Qué distintamente se habrían seguido sucediendo los he- ehos, de haber continuado quedando librado a las so
asas fuerzas de esas pocas mujeres, la obra heroic: venían imponiendo; obra verdaderamente-gigantesca, si se tie- ne en cuenta la cruda indiferencia y la recia oposición que han venido encontrando, desde un primer momento, en la infinita mayoría de los hombres y de las mismas mujeres de estos paí- ses de Sudamérica, que nada o casi nada se asemejan moral- mente a los hombres y a las mujeres de otros países, donde el zclativo triunfo del feminismo ha debido ex atrar, con todos los recursos de la violencia, por la claraboya, nó por la puerta de la Ley!
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