ENCUESTA FEMINISTA ARGENTINA PA A A
Discurso de la ex-Presidenta del Consejo Nacional de Mujeres, señora Alvina van Praet de Sala, pronunciado en el Congre- so Internacional organizado por esa venerable institución en celebración, también, de nuestro Centenario.
El Congreso patriótico de señoras que el Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina ha determinado cele- brar en esta fecha grandiosa, con motivo de la revolución de Mayo de 1810, auspiciado por el superior gobierno Nacional, habiendo obtenido el alto honor de haber sido incluído dentro del programa oficial, tiene por objeto demostrar que el amor patrio está siempre latente en el corazón de la mujer argen- tina, revelando al mismo tiempo el grado de cultura a que ha llegado, rindiendo en esta forma un homenaje de respeto y admiración a las patricias argentinas, quienes nos han lega- do, como recuerdo indeleble, sus actos de heroismo y de pa- triotismo, con los que tanto influyeron en los grandes aconte- cimientos que hoy, después de un siglo, nos colman de rego- cijo.
La evolución en la educación y actuación de la mujer, en nuestro país, ba venido desarrollándose paulatinamente. Fué el gran Rivadavia quien primero, con su clarovidencia ex- cepcional, comprendió que la mujer era la indicada para to- mar parte en la beneficencia pública, “que las dotes de cora- zón y espíritu con que las dotara la naturaleza, podrían ali- viar, dentro de lo posible, las desventuras humanas, cuidando y velando al mismo tiempo por la niñez desvalida”, fundando con ese objeto la “Sociedad de Beneficencia”, a la cual tam- bién fué confiada la Dirección de escuelas del Estado. De ahí nace el primer papel de la mujer y su primera importancia.
No viene aquí la explicación de las causas que motivaron la exoneración de esa tutela a la asociación nombrada, pero si, debo citar las múltiples escuelas que se plantearon ya en aquel entonces y sucesivamente y con especialidad en la ciu- dad de Buenos Aires, dirigidas por profesores de ambos se- xos, en su mavoría extranjeros, que mucho difundieron la ins- trucción sólida y buena, que aprovecharon desde aquel tieto- po, muebas de las que Loy, madres y abuelas, pueden cutupe- tir sin menuscabu eu cuestiunes de esa Íudole.
— 211 —
