ENCUESTA FEMINISTA ARGENTINA
ninguna universidad ni colegio donde se instruyen y educan jóvenes, he encontrado nociones más claras y más precisas del deber, ni más firme perseverancia en cumplirlo. La disciplina es un hábito en ellas, la corrección una norma, el trabajo una vocación. La dedicación al estudio es común a todas, se ense- ña y se aprende con interés, hay un propósito siempre fijo y una voluntad siempre firme para cumplirlo. Mi deber de ami- go de la escuela es levantar el ánimo y la condición de las mu- jeres que se educan; mujeres o madres, su misión será siempre santa. Mi deber también es llamar la atención de los hombres sobre los problemas que, por referirse a la mujer, interesan a la sociedad tanto como los más importantes. Lo cumplo, por el momento, en el límite de mis escasas fuerzas y de la oportuni- dad en que hablo. Las ideas emitidas en un momento de medi- tación, son semillas lanzadas al viento; nadie conoce de ante- mano su suerte, porque tanto puede secarlas el sol sobre la piedra e podrirlas el agua del pantano, como pueden germinar y servir de base a la producción de frutos mejores, en la in- cesante labor de la humanidad”.
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