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LA MUJER


tensa. De estudio. De naturaleza. De arte. De trabajo mismo. El ha roto ya prejuicios y ha pasado ya la época de supers- ticiones.

La mujer está demasiado consagrada a sí misma. Por eso es más mezquina, más egoísta, más mala. Las excepciones no existen. Mujer generosa, altiva, sincera, tiene, por ahora, es- píritu varonil, o sino espíritu de mujer superior al común. Los derechos políticos.

Tanto los ha pedido la mujer, que ya los ha obtenido en mu- chas naciones. Las mujeres votan. Las mujeres gobiernan.

¿Y qué? Aquí también hay mujeres que piden voto y go- bierno.

Y yo lo encuentro muy lógico, muy natural, muy humano, que la mujer quiera los mismos derechos políticos que el hom- bre.

Muy lógico, muy natural, muy humano... pero muy antife- menino, Modos de ver...

Y sobre todo, el derecho político ejercido por la mujer, es na cosa inútil.

Las feministas aseguran que el voto femenino traerá al mun- do una inmensa mayoría.

¿Sí? Yo erco que las mujeres, —por lo menos en nuestro país, —no barán sino redoblar los votos actuales.

Habrá —lo sé —algunas mujeres estudiosas y conscientes que votarán de acuerdo con su criterio personal. Son las que se dan tiempo y lugar para estudiar la acción, la capacidad de los hombres que han de llevar al gobierno.

Pero las otras, la inmensa mayoría, las que no estudian ni leen, esas aumentarán la inmensa falange de los inconscien- tes que votan hoy porque sí, a veces por “pálpito”, porque re- sultó agradable la cara del candidato.

Aún suponiendo que las mujeres fueran més eserupulo- sas en cuestiones políticas que el hombre, tampoco me eonven- ee el voto. Si el anhelo de la mujer sufragista es más Justi- cia, más Verdad y más Belleza, no necesita el voto para tra- bajar por ese ideal. Dentro de la estrechez del hogar hay más amplio campo de acción para luchar por el bien, que en la ax- plítud del salón parlamentario.

.4Cómo? ¿y una madre con su amor no es capaz de hacer del hijo un paladín del bien? ¿Y ese hijo bueno no haiá gobier- no bueno?

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