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ExNcuEsTA FEMINISTA ARGENTINA HA A

Señor Miguel J. Font.

Muy distinguido señor Font.

Cediendo a su gentil invitación, pidiéndome opinión sobre dos preguntas de su interesante encuesta, y respondiendo a las convicciones que han orientado mi vida, voy a condensar a usted en breves términos, cómo debe a mi juicio encararse es- te tan importante asunto entre nosotros.

Al problema del socialismo que ha convulsionado el mundo y sacádole de su quicio, fomentando la ambición e inculeando la envidia y el odio en el alma de los pueblos, va a suceder, después del auge pasado, el feminismo, que, nacido en Europa y Norte América, tiende sus alas al mundo todo, porque la monstruosa guerra elevó su vuelo a alturas colosales, demos- trando como en todas las épocas del mundo, que la mujer tie- ne las mismas aptitudes que el hombre, se adapta a las cireuns- tancias y es capaz de todos los sacrificios.

Sentado como base de la razón del feminismo el reconoci- miento de la igualdad de aptitudes al hombre, diferenciada solo en la falta de edúcación idéntica con que siempre se le trató, destinándola a objeto de ornato y de aparente consi- deración, cuando no relegada a los trabajos más humildes y necesarios del hogar, y considerada como simple sierva, hoy reclama, con la reacción que la instrucción y el concenso de su contribución al progreso del mundo le dan, el derecho de igual- dad que en la distribución equitativa de la vida, de sus hechos y responeabilidades, en justicia le eorresponde.

Pero la igualdad, en el sentido lato de la palabra, no existe ni puede existir, porque la naturaleza toda se ha encargado de ofrecer siempre diferencias y semejanzas, nunca igualda- des, ante ese dilema insalvable que ratifica como penoso y que rectifica como sublime la maternidad en la mujer, ha- ciendo partir de ahí una razón de oposición constante a la igualdad en absoluto, que pregonan las exaltadas, contrarian- do con su exigencia la equivalencia de derechos, que puede re- elamar, apartándose del feminismo moderado, posible, que to- da mujer sensata debe auspiciar para realizar su misión edu- eadora y salvadora del hogar. Siquiera fuera en esta hora histórica para el mundo patrimonio de las mujeres todas,

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