LA MUJER
que Rivadavia planteó el problema y lo resolvió prácticamen- te, introduciendo a la mujer a la vida pública por las puertas de la caridad y de la educación común, asignándole deberes activos apropiados a su naturaleza en la dirección de los ne- gocios sociales”.
La República Argentina puede, pues, sentirse orgullosa a justo título, de poseer una organización casi centenaria, ad- mirable, que ha encontrado la fórmula que establece “que el hombre y la mujer, constituyen el individuo social”.
Por esta cireunstancia, es sin duda, que los problemas so- ciales, que tanto agitan a la opinión pública en otros países no han tenido entre nosotros repercusión, y pienso que la le- gislación no debe anticiparse a las exigencias clara y explí- citamente manifestadas de la conciencia colectiva, siguiendo en esto el sabio precepto de los romanos: “quieta non movere”.
Por otra parte, juzgo muy oportuno el programa de su Revista quincenal ilustrada, “La Mujer”, y me es satisfacto- rio decirme de Vd.
Atte. y seguro S.
Tomás R. Cullen.
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