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MARGARITA


I



     ¡Silencio, los lebreles
   De la jauría maldita!
No despertéis á la implacable fiera
Que duerme silenciosa en su guarida.
    ¿No veis que de sus garras
Penden gloria y honor, reposo y dicha?

  Prosiguieron aullando los lebreles...
— ¡Los malos pensamientos homicidas! —
Y despertaron la temible fiera...
— ¡La pasión que en el alma se adormía! —
    Y ¡adiós!, en un momento,
¡Adiós gloria y honor, reposo y dicha!

II



  Duerme el anciano padre, mientras ella
Á la luz de la lámpara nocturna
Contempla el noble y varonil semblante
    Que un pesado sueño abruma.