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Rosalía de Castro

Volved, ¡oh noches del invierno frío,
Nuestras viejas amantes de otros días!
Tornad con vuestros hielos y crudezas
Á refrescar la sangre enardecida
Por el estío insoportable y triste...
¡Triste!... ¡Lleno de pámpanos y espigas!
Frío y calor, otoño ó primavera,
¿Dónde..., dónde se encuentra la alegría?
Hermosas son las estaciones todas
Para el mortal que en sí guarda la dicha;
Mas para el alma desolada y huérfana,
No hay estación risueña ni propicia.

Un manso río, una vereda estrecha,
Un campo solitario y un pinar,
Y el viejo puente rústico y sencillo
Completando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
Basta á veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
El puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;
Eres tú, corazón, triste ó dichoso,
Ya del dolor y del placer el árbitro,
Quien seca el mar y hace habitable el polo.