propicia la conmovían, ni la misteriosa vaguedad de unos versos en que dejó impresa para siempre la poderosa huella de su genio? En esto consistió su triunfo. Los hijos de Galicia que, ya bajo los cielos siempre serenos de Cuba, ya en las llanuras de la Argentina, leían a su poeta - sí, a su poeta, pues si los hubo entre nosotros que fuese amado con amor inextinguible, fué Rosalía —, los llevaban en su memoria y en su corazón; con ellos llenaban los abismos de tristeza que les consumía lejos de la tierra natal. En ellos veían reproducidas con entera fidelidad las cosas de la patria por que suspiraban en su destierro. Tan íntima compenetración del poeta con su pueblo fué lo que le dio el nombre merecido de que gozó entre los suyos.
pueblo. Lo mismo pasa con algunas que aparecen en la monumental obra de Carolina Michaelis de Vasconcelhos, Cancioneiro da Ajada, como fruto de la inspiracion popular, en especial la que se transcribe como oída en Vigo, á la página 933 del tomo II, que puede leerse en los Cantares gallegos, aun cuando el vulgo modificó algunas estrofas.