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I

Tú para mí, yo para ti, bien mío
— Murmurabais los dos — ;
«Es el amor la esencia de la vida,
No hay vida sin amor.»

¡Qué tiempo aquel de alegres armonías!..
¡Qué albos rayos de sol!...
¡Qué tibias noches de susurros llenas,
Qué horas de bendición!

¡Qué aroma, qué perfumes, qué belleza
En cuanto Dios crió,
Y cómo entre sonrisas murmurabais:
«No hay vida sin amor.»

II

Después, cual lampo fugitivo y leve,
Como soplo veloz,
Pasó el amor..., la ciencia de la vida...
Mas... aun vivís los dos.