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Y sueña mi exaltada fantasía
Que sólo yo te contemplo,
Y corno que es hermosa en demasía
Te doy mi patria por templo.

Pues digo con orgullo que en la esfera
Jamás brilló luz alguna
Que en su claro fulgor se pareciera
A nuestra candida luna.

Mas ¡qué delirio y qué ilusión tan vana
Ésta que llena mi mente!...
De altísimas regiones soberana
Nos miras indiferente.

Y sigues en silencio tu camino
Siempre impasible y serena,
Dejándome sujeta a mi destino
Como el preso á su cadena.

Y a alumbrar vas un suelo más dichoso
Que nuestro encantado suelo,
Aunque no más fecundo y más hermoso,
Pues no le hay bajo del cielo.

No hizo Dios cual mi patria otra tan bella
En luz, perfume y frescura,
Sólo que le dio en cambio mala estrella,
Dote de toda hermosura.