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II

De polvo y fango nacidos,
Fango y polvo nos tornamos;
¿Por qué, pues, tanto luchamos
Si hemos de caer vencidos?

Cuando esto piensa humilde y temerosa.
Como tiembla la rosa
Del viento al soplo airado,
Tiembla y busca el rincón más ignorado
Para morir en paz si no dichosa.

III

Los astros son innúmeros, al cielo
No se le encuentra fin,
Y este pequeño mundo que habitamos,
Y que parece un punto en el espacio,
Inmenso es para mí.

Después... tantos y tantos,
Cual las arenas del profundo mar,
Seres que nacen a la vida, y seres
Que sin parar su rápida carrera,
Incierta siempre, vienen o se van.