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LA CANCIÓN

QUE OYÓ EN SUEÑOS EL VIEJO

A la luz de esa aurora primaveral, tu pecho
Vuelve a agitarse ansioso de glorias y de amor,
Loco!... Corre a esconderte en el asilo obscuro
Donde ya no penetra la viva luz del sol.

Aquí tu sangre torna a circular activa,
Y tus pasiones tornan a rejuvenecer...
Huye hacia el antro en donde aguarda resignada,
Por la infalible muerte, la implacable vejez.

Sonrisa en labio enjuto, hiela y repele á un tiempo;
Flores sobre un cadáver, causan al alma espanto:
Ni flores, ni sonrisas, ni sol de primavera
Busques, cuando tu vida llegó triste á su ocaso.