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Mas... me ahogaba el aroma purísimo
Que exhalabas de tu pecho,
Y hube de soltar mi presa
Lleno de remordimiento.

øøø

Te seguiré adonde vayas,
Aunque te vayas muy lejos,
Y en vano echarás cerrojos
Para guardar tus secretos;
Porque no impedirá que mi espíritu
Pueda llegar hasta ellos.

Pero... ya no me temas, bien mío;
Que aunque sorprenda tu sueño,
Y aunque en tanto estés dormida
A tu lado me tienda en tu lecho,
Contemplaré tu semblante,
Mas no tocaré tu cuerpo,
Pues lo impide el aroma purísimo
Que se exhala de tu seno.
Y como ahuyenta la aurora
Los vapores soñolientos
De la noche callada y sombría,
Así ahuyenta mis malos deseos.