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Sudoroso y de polvo cubierto,
¡Qué extrañeza y profundo desvío
Infunde en las almas el pobre viajero!

øøø

Aun parece que asoman tras del Miranda altivo
De mayo los albores, ¡y pasó ya septiembre!
Aun parece que torna la errante golondrina
Y en pos de otras regiones ya el raudo vuelo tiende.

Ayer flores y aromas, ayer canto de pájaros
Y mares de verdura y de doradas mieses;
Hoy nubes que sombrías hacia Occidente avanzan,
El brillo del relámpago y el eco del torrente.

Pasó, pasó el verano rápido, como pasa
Un venturoso sueño del amor en la fiebre,
Y ya secas las hojas en las ramas desnudas,
Tiemblan descoloridas esperando la muerte.

¡Ah!, cuando en esas noches tormentosas y largas
La luna brille a intervalos sobre la blanca nieve,
¡De cuántos, que dichosos ayer la contemplaron,
Alumbrarán la tumba sus rayos transparentes!

øøø

Cerrado capullo de pálidas tintas,
Modesta hermosura de frente graciosa,