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EN LA BRECHA.

confesó su plan con la sinceridad que le era propia.

El niño Poe procedia de una familia morbidamente inclinada y sujeta á la influencia del vino, y unas cuantas gotas bastaron siempre para embriagarlo. Mr. Allan contribuyó inconscientemente á que esta tendencia se desarrollara y afirmara, por medio de un inocente juego que producia placer á sus convidados. Había enseñado á Edgar á beber á la salud de los visitantes. Lo subían sobre una silla, le daban una copa de vino con agua, y él la alzaba á la altura de sus ojos, con las minuciosas ceremonias de los antiguos tiempos, y bebia un trago, graciosamente, saludando á alguno de los convidados; y lanzando una carcajadita de alegría, se volvia á sentar, entre los aplausos de la concurrencia.

Un caballero inglés que visilaba en aquella época á la familia Allan, habla del pequeño Edgar como de algo sorprendente. Podia leer, dibujar y bailar de una manera admirable cuando sólo tenia 6 años.

Edgar acompañaba continuamente á ese señor, en largos paseos á caballo. El inglés tomaba á Poe de la cintura con una mano y lo llevaba en su misma silla, haciéndose leer por el camino toda una colección de diarios, que Edgar recorría gentilmente, escogiendo las noticias ó pasages más interesantes.

No hay nada más notable que la semejanza entre la juventud de Lord Byron y la de Poe. Éste, como aquél, era aficionado á boxear, y sentía gran placer cuando podia entrar en liza con algun muchacho negro, bien robusto. Ganó de esta manera muchisimas apuestas, realizando victorias que, consideradas del punto de vista de su edad y su menor corpulencia, eran verdaderas hazañas.