Página:En el Mar Austral - Fray Mocho - Jose Seferino Alvarez.pdf/11

Esta página ha sido validada
9
INTRODUCCIÓN

del hijo de Montiel, que desaparecerá muy pronto por el progreso, pero que renacerá sempiternamente apenas se hojéen las páginas de su libro. ¡Qué pocos de esa especie tenemos, aunque el Facundo tocara llamada con diana tan vibrante!...

Es que nuestros escritores no saben ó no quieren saber, que la apatía hácia lo que trata de nuestras razas, nuestros pueblos y nuestros tipos, no es sinó una enfermedad pasajera, un daltonismo, curable por fortuna. Se quejan de que sus libros no hayan cruzado el océano: Facundo hizo el viaje con toda felicidad, y fué recibido como simpático huésped; y el Fausto de Del Campo anda ahora por Alemania vestido á lo gótico, aunque con poncho y chiripá:

hace bien, santigüesé
que lo mesmito hice yo,

pero de satisfacción al ver á tan gallardo paisano gineteando en las calles que cruzó Gœthe.

¡Qué diablo! ¿cómo quiere Vd. que los europeos no se encojan de hombros si nos ponemos á contarles sus mismas cosas? ...

No lo harían —como no lo haremos nosotros mañana— con las obras nacionales, que serían por eso mismo universales, como algunas localísimas de Loti; tendrían además del atractivo artístico, el de la curiosidad que despertarían, por lo nuevo que presentaran. Esas costumbres que se pierden, esas razas que se extinguen, esas comedias y esos dramas políticos, guerreros y sociales que se han desarrollado y desenlazado en esta parte de América, son mina inagotable de pintoresco que no se explota por momentánea ceguedad, que pocos conocen, pero que Vd. ha cateado con acierto y ha comenzado á trabajar con fortuna.