los primeros vagidos del nacimiento. Al fin y al cab: 30n ciegos.
Les odio.
Odio a los fámulos que nos dirigen, a los pedantes y a los hombres fastidiosos que rehusan la vida. Estoy por las libres, manifestaciones del genio humano. Creo en una serie no-interrumpida de exposiciones humanas, en una interminable galería de cuadros, y lamento no poder vivir siempre para asistir a la eterna comedia que consta de mil actos diversos.
Soy un simple curioso. Los necios que no se atreven a mirar hacia adelante, miran átrás.
Quieren constituir el presente con las reglas del pasado, y quieren que el porvenir, tome por modelo las obras y los hombres de los tiempos que fueron. Amaneceráni los días, y cada uno de ellos traerá una nueva idea, un arte nuevo, una nueva literatura. Las obras serán tantas y tan variadas como las sociedades, y ellas se transformarán eternamente.
Pero los impotentes no quieren ensanchar el marco; han formado la lista de las obras. ya producidas, y han obtenido así una verdad relativa de la que hacen una verdad absoluta. No creeis, imitad. Y he ahí porqué odio a