ros esperados, 'declarándoos antisemitas! ¡ Vosotros 'en quienes cifrábamos nuest:as mejores esperanzas comenzais el siglo exterminando a 'iodos los judíos porque son conciudadanos y enemigos de, otra raza y de otra fe! Buen principio para la Ciudad de nuestros sueños, ¡ la ciudad de la igualdad y de la fraternidad! Si tal es el destino de la juventud, será cosa de llorar, y de negar toda esperanza y toda feicidad humana.
¡Oh juventud, juventud! Piensa en la gran obra que te espera, yo te lo suplico; tú eres el obrero futuro que has de echar los cimientos del siglo próximo, que sin duda viene Hlamado a resolver los problemas de verdad y de igualdad planteados por el siglo que acaba; nosotros, los viejos, los mayores, te, dejamos el formidable montón de nuestras investigaciones, muchas contradicciones y obscuridades tal vez, pero seguramente el esfuerzo más apasionado que siglo alguno ha hecho hacia la verdad; los documentos más verídicos y el más sólido fundamento de este vasto edif.cio de la ciencia que tú debes seguir edificando para tu honor y para tu felicidad.
Só.o te pedimos que seas más generosa, más fibre de espíritu, que nos aventajes por tu amor a ia vida normalmente vivida, por su esfuerzo, puesto por entero en el trabajo,